Desterrado de la sinagogaSpinoza avanza por la callede gabardina rasgada por el puñal del asesino.Ya sabía que acá la muertees flecha de luzy apacible destino.Sabía que decir persona es como decir rincón de nada,y sabía que solo hay colisiones, choques,que definir cualquier cosa es definir sus relaciones;decir que un pez es pez, es entrar en una relación,no hay pez puro,su sustancia es artificio de otra cosa sin realidad ni tiempo.Pulir lentes como renuncia definitiva,se necesita de este oficio para hallar la hondura;la renuncia también es una potenciano el fracaso.Así que sobre el mundo, Dios,en relación a sí mismoes el rostro de la descomposiciónoposición a la vida en su más cierto quehacerla vida, ese caer de moscassobre el sueño de la tierra,ofuscación de dientes que sostienen su flujo,Bacon que desgarra los objetos.Solo se gana el cielo si se ha sido un buen esclavo;en el reino animalmorir es un privilegiolos animales siguen su relación con la muertesin holocausto, sin esclavitud,no hay obrero que viva sobre el abismosin la muerte en las entrañas,animal extraviado de la manadareconoce su estado y calla.Auto reguladora, la naturaleza se crea y se destruye;el castor hace presas y el hombre caos.
Camila Charry Noriega nació en Bogotá, Colombia. Es profesional en Estudios literarios y estudiante de la Maestría en Estética e historia del arte. Trabaja como profesora de literatura y de escritura y lectura crítica con énfasis en arte y literatura. Ha publicado los libros Detrás de la bruma, El día de hoy, Otros ojos, y El sol y la carne. Ha participado en diversos encuentros de poesía en Europa y América. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, polaco y rumano. Ha obtenido en dos oportunidades el II lugar en el Premio internacional de poesía Ciro Mendía, 2012, 2015.
Nenhum comentário:
Postar um comentário